
En la huerta escolar, los estudiantes de grado 6, 7 y 8 se dedican a aprender sobre la naturaleza y el trabajo en equipo mientras cultivan diversos vegetales y hortalizas. Cada semana, se organizan para preparar la tierra, sembrar semillas, regar las plantas y retirar las malas hierbas.
A través de estas actividades, no solo aprenden sobre biología y sostenibilidad, sino que también desarrollan habilidades prácticas como la responsabilidad, la paciencia y la colaboración. Además, al ver crecer las plantas que han cuidado con tanto esmero, los estudiantes experimentan la satisfacción de su propio esfuerzo y el valor de la alimentación saludable.
Esta experiencia les enseña la importancia del cuidado del medio ambiente y fomenta en ellos un sentido de comunidad y compromiso con su entorno.



